Esta celebración simbólica les permitió renovar sus promesas bautismales y reconocer los dones que Dios coloca a su disposición para poner al servicio de la humanidad.

Durante la ceremonia, los jóvenes profesaron su fe, manifestando, con el apoyo de sus padres, el anhelo de recibir al Espíritu dador de vida con un corazón y una mente transformados. De este modo, reafirmaron su compromiso de ser luz a través de sus palabras y acciones, llevando esperanza a quienes habitan sus contextos inmediatos.

Nos llena de alegría acompañar a estos bartolinos que con convicción han asumido el modo de proceder de Jesús, recordando que la luz de Dios permanecerá en sus vidas y en la de todos aquellos que los rodean.