Inicio / El Colegio / Historia /

< Salón de Física >

Salón de Física - Historia

Abril 01 de 2024       El Colegio   Historia  

Salón de Física / Omar Felipe Vargas Pineda

“Desaparezca lo viejo, sea todo nuevo” Con esta frase se anunciaba, a comienzos de los años 20 del siglo pasado, la creación del gabinete y el salón de física del Colegio de San Bartolomé, que formaban parte de la nueva edificación educativa.

Compartir:  

La clase se impartía en un espacio equipado con tecnología avanzada para la época, como un cuadro de distribución de corriente eléctrica alimentado por la planta eléctrica del Colegio, que funcionaba con un dínamo de corriente continua a 110 voltios y una batería de 60 acumuladores. Además, contaba con un fuelle hidráulico, una bomba de agua, una máquina de Attwood, entre otros equipos. Estos instrumentos permitían que profesores y estudiantes llevaran a cabo experimentos físico-químicos, fundamentales para el aprendizaje de materias importantes en diversas carreras profesionales.

Con el objetivo de adaptarse a las modernas pedagogías, el salón fue equipado con una pantalla y un cinematógrafo para proyectar películas científicas, muy útiles para la formación de los estudiantes. Dado que los films y algunos experimentos requerían convertir el aula en una cámara oscura, se instaló un electromotor que automatizaba la subida y bajada de cortinas oscuras.

Los bancos para los estudiantes, hechos de madera de cedro labrada y barnizada, estaban dispuestos en forma de gradería. Son los mismos que se pueden apreciar hoy en día y, desde entonces, permitían que hasta 40 alumnos atendieran cómodamente las explicaciones de los profesores.

 

Inicio / El Colegio / Historia /

< Salón de Física >

Salón de Física - Historia

Abril 01 de 2024       El Colegio   Historia  

Salón de Física / Omar Felipe Vargas Pineda

“Desaparezca lo viejo, sea todo nuevo” Con esta frase se anunciaba, a comienzos de los años 20 del siglo pasado, la creación del gabinete y el salón de física del Colegio de San Bartolomé, que formaban parte de la nueva edificación educativa.

Compartir:  

La clase se impartía en un espacio equipado con tecnología avanzada para la época, como un cuadro de distribución de corriente eléctrica alimentado por la planta eléctrica del Colegio, que funcionaba con un dínamo de corriente continua a 110 voltios y una batería de 60 acumuladores. Además, contaba con un fuelle hidráulico, una bomba de agua, una máquina de Attwood, entre otros equipos. Estos instrumentos permitían que profesores y estudiantes llevaran a cabo experimentos físico-químicos, fundamentales para el aprendizaje de materias importantes en diversas carreras profesionales.

Con el objetivo de adaptarse a las modernas pedagogías, el salón fue equipado con una pantalla y un cinematógrafo para proyectar películas científicas, muy útiles para la formación de los estudiantes. Dado que los films y algunos experimentos requerían convertir el aula en una cámara oscura, se instaló un electromotor que automatizaba la subida y bajada de cortinas oscuras.

Los bancos para los estudiantes, hechos de madera de cedro labrada y barnizada, estaban dispuestos en forma de gradería. Son los mismos que se pueden apreciar hoy en día y, desde entonces, permitían que hasta 40 alumnos atendieran cómodamente las explicaciones de los profesores.