En este contexto, la oralidad debe desempeñar un papel crucial al permitir a nuestros estudiantes expresar y proponer ideas, así como interpretar y analizar textos, haciendo el proceso de comunicación más eficiente y claro. Además, la oralidad, con su capacidad de existir incluso sin la escritura, se convierte en un medio eficaz para que los bartolinos desarrollen procesos de comprensión que van más allá de lo que el texto escrito puede ofrecer, y los invita a ver el entorno en su totalidad como un texto capaz de generar significación.
 
De esta manera, los estudiantes podrán comprender que el sentido está en todas partes, en lo que decimos, en lo que hacemos, en los objetos culturales que creamos y en las realidades naturales que interpretamos. Por eso, cuando hablamos de crear significado, no nos limitamos solo al lenguaje, ya sea hablado o escrito, sino que nos referimos a todas las acciones humanas en general. Hablar o escribir significa, entonces, que siempre estamos reproduciendo y reinterpretando, basándonos en el constante principio de la interpretación.