La jornada se desarrolló en dos grandes bloques. En el primero, nuestros jóvenes se acercaron a conocer el proceso de tratamiento de residuos, desde su lugar de origen hasta su máximo aprovechamiento. Este espacio les permitió dignificar el trabajo de los recolectores y reconocer la importancia de su ardua labor.

El segundo momento fue un acercamiento personal a las vidas e historias de varios recuperadores de oficio. Cada bartolino escuchó con empatía los relatos de los trabajadores y colaboró activamente en diversas tareas, como clasificar residuos, cargar y descargar los “globos” para pesarlos, organizar el plástico y asear la bodega, entre otras actividades. Este bloque, considerado como el corazón de la experiencia, se vivió como una oportunidad para profundizar en la opción preferencial por los más vulnerables y excluidos, así como el ineludible compromiso ético de construir tejido social.

La Dirección de Pastoral agradece inmensamente el trabajo, el compromiso y la dedicación de cada estudiante de grado octavo en esta experiencia de FAS, así como el apoyo de cada familia bartolina que continúa confiando en la formación integral que ofrece nuestro querido Mayor.